Investigadores de la Universidad de Columbia proponen una alternativa bastante curiosa para generar energía. La idea básica es aprovechar las propiedades de un material recubierto de esporas bacterianas. Cuando el material se humedece las esporas se expanden, ocasionando que el material se doble. A estas pequeñas hojas se les ha colocado una pequeña masa en un extremo, de tal modo que el centro de masa de la hoja entera cambia significativamente al doblarse.
Al agregar varias de estas hojas alrededor de un cilindro y después hacer que ciertas hojas se humedezcan y después se sequen en el otro extremo, se genera movimiento más o menos continuo. Para mantenerlo, es necesario que en una zona del cilindro se humedezca cada hoja constantemente y en el lado contrario se sequen simultáneamente.
Los investigadores han montando este pequeño motor sobre un carrito hecho de materiales plásticos y lo han hecho andar.
El potencial como alternativa limpia es real, pero se trata sólo de un prototipo y falta mucho para probar que la generación de energía por este medio realmente competitiva frente a otros medios ya probados como las celdas solares o los generadores eólicos.